Generalmente, los estímulos visuales son los primeros que se reciben de tu centro de estética y condicionan en gran medida la decisión de entrar o no e, incluso, el juicio que pueda hacer un cliente potencial sobre la idoneidad de tu salón de belleza para satisfacer sus necesidades.
En la experiencia visual de un centro de estética intervienen una gran cantidad de estímulos que comienzan en la fachada y el escaparate y continúan, ya en el interior, con el diseño del mobiliario, la utilización del color y la luz.
La identidad visual de tu “marca” también es parte fundamental. El logo, la tipografía, los colores corporativos, la web… son elementos de identidad de marca diferenciadores que los clientes perciben como una característica diferente que les hace reconocer tu salón o clínica al instante.
La música en tu centro de estética es fundamental para proporcionar cierta intimidad y como parte de la atmósfera sensorial.
Cuando una persona escucha música que le resulta agradable, su cuerpo aumenta la producción de endorfinas, a las que se conoce como “hormonas de la felicidad”. Este estado predispone a la compra.
Por otro lado, también son conocidos otros efectos de la utilización de la música en función del ritmo de ésta. Un ritmo lento, hará que tus clientes se relajen y desconecten del estrés del día a día.
La importancia de la utilización del olor en la experiencia sensorial está determinada por la gran capacidad de los aromas tanto para ser recordados como para evocar recuerdos y generar bienestar. Muchas franquicias de estética utilizan aromatizadores para impregnar cada rincón de sus centros con su odotipo: una fragancia diseñada para ellos de acuerdo a su personalidad y que posteriormente el cliente identificará con sus centros.
El sentido del tacto suele ser uno de los más olvidados en las estrategias de marketing sensorial. A pesar de que es conocido que un producto que se puede tocar multiplica sus posibilidades de ser vendido, es frecuente encontrar dificultades para hacerlo, tanto por una mala planificación de la experiencia de cliente como por una aplicación excesiva de medidas anti robo.
Pero hay infinidad de elementos que puedes cuidar como el mobiliario, las toallas, las camillas… que también intervienen en la experiencia táctil de un centro estético y que harán las delicias de tus clientes.
El gusto es el sentido más íntimo y complejo ya que, para que un producto llegue a la boca de un cliente se necesita la participación del resto de sentidos.
No obstante, también lo puedes poner en práctica. Invita a tus clientes a tomar algo. En verano puedes ofrecerles zumos o bebidas refrescantes y en invierno una taza de té o café calentito.
Si tus clientes se sienten en un entorno que les resulta cómodo y agradable aumentan las posibilidades de que compren más productos o demanden más servicios, y de que vuelvan a tu centro estético.
¡Apúntate al marketing sensorial!
No hay comentarios:
Publicar un comentario